El cambio climático y el calentamiento global
Los tiempos modernos están marcados por múltiples problemas medioambientales, pero una de las principales preocupaciones es el calentamiento global que ha propiciado el cambio climático del planeta Tierra.
El calentamiento global se define como el incremento de la temperatura de la atmósfera, como consecuencia, principalmente, de la excesiva emisión de gases de efecto invernadero que despiden numerosas actividades de los seres humanos. Este calentamiento se hace evidente con los cambios abruptos y sin precedentes en el clima de muchas regiones geográficas, la mayor frecuencia e intensidad inusitada de fenómenos naturales como los huracanes y los tornados, y el aumento del nivel del mar.
Calentamiento global: incremento de la temperatura de la atmósfera como consecuencia de la excesiva emisión de gases de efecto invernadero.
Los océanos son el hogar de millones de seres vivos que conforman la cadena alimentaria. Sin embargo, la vida de estos seres peligra ya que los océanos absorben parte del calor de la atmósfera y su temperatura también se incrementa, el hielo de los polos se derrite paulatinamente y aumenta el nivel del agua, y el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera es absorbido por el agua donde forma ácido carbónico y eleva la acidez del océano al disminuir su pH.
Todo lo anterior es un cúmulo de factores de cambio que pueden ser benéficos o pueden ser nocivos, pero los efectos perjudiciales podrían rebasar a los benéficos en tanto las criaturas acuáticas no puedan adaptarse a los cambios.
Los efectos del calentamiento global en las mantarrayas
La base de la cadena alimentaria marina es el plancton, conjunto de organismos mayormente microscópicos que sirven de alimento para muchísimos animales como larvas, cangrejos, peces y crustáceos que a su vez son comida de otros animales, no obstante, algunas ballenas y tiburones también consumen plancton, además de las dos especies de mantarraya.
El cambio climático afecta la disponibilidad de plancton para que las mantarrayas se alimenten.
En este sentido, el cambio climático afecta la disponibilidad de plancton para que las mantarrayas se alimenten. El incremento de la temperatura del mar puede interrumpir los ciclos biológicos de dichos microorganismos y comenzar a escasear, por lo que las mantarrayas estarían en aprietos ya que son animales eminentemente filtradores. A la larga, enfrentarían problemas para encontrar suministros suficientes de plancton.
Los científicos incluyen al calentamiento global y cambio climático entre las principales amenazas para los miembros del género Manta. Y no es para menos, ya que además de existir la posibilidad de afectar la disponibilidad de su alimento básico, puede tener consecuencias en la distribución, comportamiento y movimientos migratorios.
Se sabe que el hábitat de las mantarrayas son las aguas cálidas de las zonas tropicales, subtropicales y templadas. Un aumento significativo de la temperatura de los océanos podría ampliar su rango de distribución, pudiéndose extender a zonas donde hoy no se encuentran. Pero el oxígeno disuelto en el agua podría disminuir, complicando su proceso de respiración y la acidificación del agua causaría afectaciones en su sistema inmunológico, evitando la respuesta defensiva ante las enfermedades.
Las mantarrayas podrían ser indicadores biológicos del impacto del cambio climático en los océanos.
Indirectamente, las mantarrayas se perjudicarían debido a que son animales normalmente asociados con los arrecifes coralinos, especialmente la mantarraya de arrecife (Manta alfredi). Independientemente de la especie, los individuos acostumbran visitar estaciones de limpieza que pueden localizarse en los arrecifes de coral, pero éstos tienden a morir cuando como respuesta ante el estrés por las altas temperaturas y se decoloran. La especie de arrecife es además vulnerable al aumento del nivel del mar, ya que sus hábitats se encuentran por lo general más cerca de la costa que los de la mantarraya gigante (Manta birostris).
Ciertos científicos sugieren que las mantarrayas podrían ser indicadores biológicos del impacto del cambio climático en los océanos en tanto se comprenda con profundidad sus hábitos de alimentación, migración y movimiento. Este tema adquiere una importancia trascendental ya que no tiene pertinencia solo en las mantarrayas, sino en todos los animales acuáticos.