¿De qué se alimentan unos animales tan grandes?
La alimentación de las mantarrayas difiere de la de otros peces que consumen la carne de especies más pequeñas de seres vivos. Las mantarrayas están estrechamente emparentadas con los tiburones y de hecho son condrictios, es decir, poseen un esqueleto interno de cartílago, pero a diferencia de los tiburones, las mantarrayas no se alimentan de carne de animales grandes.
Sorprendentemente, las mantarrayas se nutren gracias al consumo de unos organismos pequeñísimos que en conjunto constituyen el plancton. Éste puede ser fitoplancton o zooplancton, pero estos animales únicamente consumen el zooplancton que navega a merced de las corrientes oceánicas. Sin embargo, son tan pequeños que las mantarrayas necesitan introducir a su cuerpo una cantidad inmensa.
Las mantarrayas consumen aproximadamente el 12 o 13% de su peso total en una semana.
A pesar de tener dientes, estos peces no mastican el alimento. En sus branquias se encuentran unas estructuras denominadas branquiespinas que les sirven para filtrar el zooplancton, impidiendo la entrada de agua y permitiendo la introducción de una gran cantidad. Por cierto, solo su mandíbula inferior posee dientes, la superior está desprovista de ellos.
Se sabe que también son capaces de consumir peces pequeños, pero éstos representan una parte mínima de su dieta habitual. En total consumen aproximadamente el 12 o 13 por ciento de su peso total en una semana.
¿Y cómo obtienen su alimento?
El plancton tiende a concentrarse en ciertas zonas, por lo que es posible encontrar un cúmulo en un gran volumen de agua de un área específica. Una mantarraya con hambre nada a través del océano en busca de concentraciones de zooplancton, pero generalmente varias mantarrayas se reúnen en los alrededores de los arrecifes de coral para obtener alimento y ser limpiados por peces y organismos más pequeños. Durante el tiempo en que nadan mantienen enrollados sus lóbulos cefálicos, aquellas estructuras parecidas a “cuernos” que poseen en la zona superior de la cabeza, pero cuando se trata de comer los extienden formando una especie de túnel para que ayuden a impulsar el agua rica en alimento.
Por lo regular se alimentan cerca de la superficie del agua, que es donde se encuentra el plancton flotando. Muchas veces se han avistado grandes grupos de hasta 50 mantarrayas alimentándose unas junto a otras mientras nadan de forma enérgica, como si se encontraran en un auténtico festín submarino.
Durante esta actividad es común que giren repetidamente bajo el agua y que abran la boca con el cuerpo en posición horizontal. Puede resultar impresionante ver cómo sus mandíbulas se abren, al notar que fácilmente cabría en su boca un pez de tamaño mediano. Junto con el plancton entran también larvas de peces y otros organismos pequeños. Una vez tragada, la comida pasa por las branquiespinas para ser filtrada y aprovechada en el sistema digestivo de la mantarraya.
Por lo regular se alimentan cerca de la superficie del agua, que es donde se encuentra el plancton flotando.
Los movimientos efectuados en el agua están relacionados con el ahorro de energía. Algunas veces pueden girar de izquierda a derecha o de derecha a izquierda con la boca abierta, otras veces simplemente nadan de forma vertical con la cabeza levemente inclinada hacia arriba. Las volteretas son efectivas cuando el plancton está densamente concentrado, por lo que nadan a través de él. En otras ocasiones se forman cadenas de más de 100 mantarrayas que nadan una detrás de otra. Esto solo ha logrado observarse en las Maldivas, pero constituye todo un deleite visual.
En caso de que el plancton estuviera cerca del fondo marino, las mantarrayas tienen que acercarse hasta colocar la zona inferior de su cuerpo apenas unos centímetros sobre el fondo oceánico, lo que a menudo les provoca lesiones menores por abrasión debido al eventual contacto con los granos de arena.
Es preciso decir que la mayoría de las mantarrayas observadas al alimentarse han sido mantarrayas de arrecife (Manta alfredi), ya que su hábitat más costero las convierte en objetivos relativamente fáciles de mirar, lo que no sucede con las mantarrayas gigantes (Manta birostris). No obstante, los hábitos alimenticios de ambas especies pueden ser básicamente similares.